En una noche de enero,
el
uno y el dos se hallaban,
bebían
traguito del bueno,
con
bellas chicas bailaban,
como
ambos eran copleros,
al
oír sonar el arpa,
se
retaron en un duelo,
en
la copla improvisada,
Se
terminó el zapateo,
hubo
silencio en la sala,
ellos
con paso ligero,
con
altivez se acercaban,
pusieron
las reglas de juego,
cantar
hasta la alborada,
el
tema las partes del cuerpo,
que
a su valor se ajustaban.
El
uno siempre primero,
con
un verso hizo su entrada,
uno
solo es el cerebro,
que
una cabeza lo guarda,
él
retiene los recuerdos,
es
el órgano que manda,
por
eso el uno es completo,
el
uno de esbelta estampa.
El
dos con su voz de trueno,
y
cortante como daga,
dijo
dos son los espejos,
que
son ventanas del alma,
y
son dos receptores perfectos,
que
captan infinitas tonadas,
con
dos se ven los destellos,
con
dos el sonido embriaga.
El
uno pronto contesta,
relampaguea
su mirada,
uno
solo es quien manifiesta,
el
sentimiento que embarga,
es
un corazón que encuentra,
un
pecho como morada,
solo
en uno se concentra,
lo
que gusta o desagrada.
En
dos están las destrezas,
son
dos manos las que atrapan,
dos
brazos albergan la fuerza,
con
la que el hombre trabaja,
dos
columnas son las piernas,
que
permiten la avanzada,
fue
la primera merienda,
los
dos senos de la mama.
Por
una entra el alimento,
y
sale el sentir en palabras,
por
uno salen los desechos,
lo
que no sirve para nada,
un
estómago, un cuello,
un
hígado, una garganta,
uno
el intestino grueso,
solo
existe una quijada.
Dos
fosas para el resuello,
dos
cejas y dos pestañas,
dos
partes tiene el cerebro,
dos
huellas al andar se marcan,
dos
pulmones en concierto,
dos
riñones en la entraña,
dos
ovarios en su puesto,
dos
testículos, dos nalgas.
Y
así continuó el encuentro,
hasta
los claros del alba,
el
uno y el dos verso a verso,
demostraron
su importancia,
nadie
ganó en este encuentro,
la
contienda fue empatada,
los
dos son un gran invento,
de
la inteligencia humana.
0 comentarios:
Publicar un comentario