CONOCÍ UNA VEZ


Conocí una vez a un señorito
que siempre tenía mucho hipo,
que quería ser futbolista,
y que un día se casó
con una señora muy lista.
Estaba toda la tarde
juega que juega al balón,
y la doña se enfadaba
con muchísima razón,
porque iban a verle dar
las patadas al balón,
la Mercedes, la Azucena,
y una señora elegante
que se llamaba Asunción.

En otra ocasión conocí  a un señor
que parecía ser gitano,
y que era para mí,
más que un amigo un hermano,
y se pasaba todo el día
tocando la guitarrita
por seguidillas y fandangos.

Conocí una vez a un menda,
que era un pajarito,
y además era un ladrón,
pero después de robar
se iba a tomar un refrito,
y después a ver a un cura
para arrepentirse
y escucharle su sermón
y una larga confesión.

En otra ocasión conocí,
a otro señor que era un huevón,
que tenía por profesión
ser zapatero remendón,
de esos que remiendan
los zapatos y las suelas a las señoras
con muchísima ilusión.

Conocí otra vez a un tipo,
que decía ser poeta,
y que recitaba sus versos
por las plazas y callejuelas
y a las mujeres más bonitas
les regalaba un poema
con palabras muy relindas.

Por fin conocí a un don nadie
que se iba a la montaña
a espiar a las hadas,
estaba un poco chiflado
y el día que se murió
se olvidó decir a sus hijos,
hijos que me muero, adios...

0 comentarios:

Publicar un comentario