EL CAMBIO: ¡CUANDO SE INVIERTEN LOS PAPELES!


Un hombre estaba harto de tener que ir a trabajar todos los días y que su esposa se pudiera quedar en casa.
Quería que ella viera por lo que él pasaba todos los días, así que rezó:
___'Señor: Yo voy a trabajar cada día, durante 8 horas mientras mi esposa se queda en la casa tranquilamente. Quiero que ella sepa por lo que tengo que pasar todos los días, entonces permíteme cambiar de cuerpo con ella por un día. Amén'.
Dios, en su infinita sabiduría le concedió el deseo al hombre.
A la mañana siguiente, se despertó como mujer. Se levantó, hizo el desayuno para su cónyuge, despertó a los niños, sacó su ropa para ir al colegio, les dio desayuno, envolvió los almuerzos, los llevó al colegio, volvió a casa, recogió la ropa para la lavandería y la llevó. En el camino paró en el banco a hacer un reintegro y fue al supermercado a comprar víveres.
Entonces regresó a casa, guardó los víveres, hizo los cheques para pagar las cuentas y cuadró la cuenta del banco.
Limpió la caja del gato. A Cuqui la perrita mascota que más quiere su esposa, pero que nada hace por ella, la sacó a hacer sus necesidades fisiológicas al parque, llevándola agarrada con una mano y en la otra una bolsa de plástico para recoger las defecaciones que dejó por ahí regadas y no tener problemas con el espacio ornamental y los vecinos del barrio.
Para entonces ya era la una de la tarde, y corrió a hacer las camas, puso la ropa sucia en la lavadora, sacudió, aspiró, lavó el baño, barrió y lavó tambien el piso de la cocina.
Salió corriendo a recoger a sus hijos en el colegio, y tuvo una discusión con ellos de vuelta a casa.
Sacó leche y galletas para los niños y los organizó para que hicieran las tareas.
Puso la tabla de planchar y se puso a planchar mientras veía televisión.
A las 4:30 de la tarde empezó a pelar patatas, lavar las verduras para la ensalada, adobó la carne, y puso el arroz a cocinar. Cuando su cónyuge llegó preguntando por la comida, ésta ya estaba lista y servida.
Después de la comida, limpió la cocina, lavó los platos sucios, sacó la ropa de la lavadora y la puso a secar. Bañó a los niños y los acostó.
A las 9 de la noche estaba exhausta aunque no había terminado todavía sus quehaceres, se fue a la cama donde estaban esperándolo para hacer el amor, lo cual logró hacer sin quejarse.
A la mañana siguiente se despertó e inmediatamente se arrodilló al lado de la cama y dijo:
___'Señor, no sé yo qué estaba pensando. Estaba muy equivocado al envidiar a mi esposa por poder quedarse en casa todo el día viendo telenovelas y chismoseando con las vecinas.
__ Por favor Señor, por favor, vuélvenos a cambiar.
El Señor, en su infinita sabiduría, contestó:
___ 'Hijo mío, creo que has aprendido la lección y será un placer para mí volver las cosas a como estaban antes. Sin embargo, vas a tener que esperar nueve meses.
¡¡¡¡Anoche quedaste embarazado!!!!
El anterior contenido es un reconocimiento incondicional dirigido a nuestras mujeres, tan incomprendidas y poco valoradas en su desempeño como esposas y amas de casa en el diario transcurrir de un hogar en la esfera universal.



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